martes, 16 de julio de 2019

Boletín de Denuncias - Nº 20

NO CONFUNDAS SALARIO BASE CON SALARIO MÍNIMO


Cuando se subió el SMI, pasando de 753 euros a 900, muchos empresarios anunciaron que era imposible de cumplir. Cuando hablan hay que tener cuidado porque lo que no ganan presionado a gobiernos lo hacen vulnerando leyes. Es decir, es posible que a pesar de lo que ha costado dignificar el Salario de subsistencia de las y los trabajadores, nos engañen si no vigilamos nuestra nómina. Lo que ha subido no es el Salario base, ese se establece en Convenio quien lo tiene, ha subido el salario en concepto global, es decir, las retribuciones que se pagan por la jornada laboral. Aquellos conceptos que no dependen de la jornada no deben ser incluidos en el SMI y por tanto no deberían ser compensados ni absorbidos (plus convenio, idiomas,...) salvo que lo establezca el Convenio. En definitiva, controla tu nómina y pregunta.

CONTROL DE LA JORNADA. ¿ES POSIBLE?


La patronal nos dice que es imposible tener un control de la jornada, sin embargo cuando ven las orejas al lobo, plantean que hay que reducir el tiempo que las trabajadoras y trabajadores destinan a ir al baño. ¡Ese sí lo tienen cuantificado!. El control de la jornada y el salario van íntimamente ligados. Es decir, nos pagan por una jornada de trabajo, pero si hacemos más de la pactada sin cobrar, nos están pagando de menos. Sencillo, ¿verdad? Eso es lo que quieren muchos empresarios; “como ha subido el SMI les aumento las horas de trabajo al mismo salario, y el que no quiera que se vaya. ¿Es fácil el control de la jornada? Claro, el único problema es cuando el empresario te dice que si no haces horas gratis te despide. La media de horas que se realizan en España son 10’5 horas al día, es decir unos 11 millones de horas extras a la semana, horas que no pagan ni cotizan. Así bajan nuestro salario, ahorrándose más de 11.500 millones de € al año.

CONTRA EL CALOR EXTREMO: ORGANÍZATE EN EL PUESTO DE TRABAJO

A costa de incrementar la riqueza de un puñado de empresarios, el calentamiento del planeta, por las actividades económicas asociadas a la utilización de combustibles fósiles, está poniendo en peligro la salud de los ecosistemas y, en particular, la de grupos de riesgo como los y las trabajadoras. Añadido al disconfor térmico, que es un riesgo laboral grave, nos enfrentamos al estrés térmico que aumenta los accidentes laborales graves y la mortalidad en el puesto de trabajo. Es obligación del empresario asegurar unas condiciones de trabajo adecuadas para cada actividad, es decir sombras, suficientes descansos, agua, formación, así como ropas de trabajo o EPIs preparados contra el calor extremo. Sin embargo, observamos más interés del empresario en asegurar los beneficios empresariales que la salud de los y las que trabajamos, por lo que la penosidad asociada a la alta precariedad laboral hace el trabajo todavía más peligroso. Trabajador, trabajadora protege tu vida organizándote en el puesto de trabajo. Te va la vida en ello.

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